jueves, 5 de abril de 2007

Dia 14 - Cuarta Parte

Las tres linternas en nuestro poder iluminaban el angosto pasadizo por el que fluía una corriente de agua maloliente y sucia. Jon Sang se levantó y me ayudó a hacer lo propio. Me apoyé en la pared sintiendo un fuerte pinchazo de dolor en el tobillo. ¡Maldito Jon Sang, iba a conseguir lo que nuestros perseguidores no habían hecho aún, joderme!

Irina había comenzado a alejarse por el pasillo, iluminando el camino con su linterna. JB caminaba a su lado y detrás de ellos iban Carla y El Cirujano. Los demás habían esperado a que bajáramos pero ahora ya comenzaban a moverse. Yo no estaba seguro de ser capaz de caminar con el tobillo tan dolorido. Jon Sang me vio el rostro de dolor en la penumbra y debió de sentirse culpable, porque le entregó el rifle a Francoise y vino a ayudarme. Me cogió del hombro y comenzamos a caminar, chapoteando en el agua.

Kira avanzaba con su linterna a nuestro lado y Francoise y su mujer cerraban el paso.

Un momento después escuchamos como varios cuerpos caían al agua a peso muerto y después se esforzaban por ponerse en pie entre gritos y gemidos. Varios más, cayeron al agua. Stefanie los enfocaba con la linterna que le había dado su marido y este apuntaba el arma caminando hacia detrás.

La alcantarilla parecía no tener fin, seguía y seguía en la misma dirección. Algún conducto de unos treinta centímetros de diámetro se unía a él, descargando cantidades pequeñas de agua sucia y oscura. No teníamos otra opción que seguir adelante hasta encontrar una salida (si es que la había).

Cada pocos segundos, escuchábamos como uno o dos cuerpos caían a los dos palmos de agua y se unían a los que ya estaban persiguiéndonos.

Yo caminaba, apoyando la mayor parte de mi peso sobre Jon Sang, con el pie izquierdo levantado. No avanzábamos lo suficientemente deprisa y Francoise y Stefanie, por lo tanto, también iban demasiado despacio. Nuestros perseguidores estaban ganando terreno, a pesar de tener que arrastrar las piernas por la ponzoñosa agua.

–¡Más rápido, más rápido! –nos instaba Francoise.

Jon Sang me miró sonriendo y me preguntó:

–¿Tienes buen equilibrio?

Yo asentí. No monto en bici desde que era un crío y no ando por cables colgados entre dos edificios. No sé si lo que tengo se puede considerar buen o mal equilibrio. Pero qué podía hacer, ¿contestar que no? En una situación así, nunca se puede contestar que no, aunque sea verdad.

Jon Sang comenzó a caminar a mayor velocidad. Yo trataba de seguir el ritmo saltando con la pierna derecha y manteniendo mi pie izquierdo en alto. Encontramos un buen ritmo y ciertamente parecía que avanzábamos mucho más deprisa. Hasta que mi pie encontró algo bajo la superficie del agua y perdí el punto de apoyo. Los dos, abrazados, caímos hacia delante sobre la asquerosa agua. Instintivamente cerré los ojos y la boca, no era mi plan beberme un trago de aquel líquido inmundo.

Cuando, por fin, saqué la cabeza del agua escuché un grito de mujer. Después se oyeron disparos. Jon Sang me soltó y se levantó rápidamente. Yo me icé con los brazos hasta ponerme de rodillas y vi aterrado la razón por la que habían gritado. Stefanie estaba rodeada por varios post-mortem en un lado del conducto y Francoise disparaba desde el otro, a punto de estar rodeado también.

Kira corrió hasta él y arrebatándole el rifle disparó una larga ráfaga hacia los que estaban más cerca, lanzándolos al suelo. Eso no los detendría, pero les daría algo de tiempo a Kira y a Francoise. Después disparó hacia los que estaban acechando a Stefanie, sin embargo no podía disparar tan a la ligera por que podría herirla a ella.

Un post-mortem con forma de chica adolescente, saltó sobre la mujer de Francoise. Esta lanzó un grito aterrador que reverberó por las paredes a lo largo de todo el conducto.

–¡No! –chilló Francoise mientras gruesas lágrimas caían de sus ojos abriendo dos surcos en la suciedad de sus mejillas.

Dos post-mortem más, saltaron sobre la mujer arrancándole mordiscos de carne por el cuello y el rostro.

Kira miró a Francoise inquisitivamente. Él no tardó mucho en entender lo que le estaba preguntando con la mirada. Asintió. Así que Kira, levantó el rifle, apuntó con cuidado e hizo un único disparo que fulminó la vida de Stefanie, tanto como un ser humano, como un post-mortem. Kira le había disparado en la cabeza, para que en primer lugar dejara de sufrir y en segundo lugar no volviera a levantarse como una de ellos.

Kira se giró y nos gritó para que siguiéramos adelante. Después agarró a Francoise de la camisa y tiró de él mientras se echaba a correr. Él la siguió en silencio y con el rostro completamente blanco. Incluso parecía uno de ellos.

Sin esperar a que Jon Sang me ayudara, eché a correr apoyando el pie izquierdo. Cada vez que lo apoyaba me subía una punzada de dolor desde el tobillo hasta la ingle. Pero apreté los dientes y aguanté el dolor lo mejor que pude. No estábamos en situación de probar más experimentos y como no tenía nada roto, pues... no tenía más remedio que aguantar y correr.

Jon Sang corría por delante de mí, siguiendo la luz de la linterna de Irina que ahora estaba a bastante distancia por delante nuestro. Detrás, escuchaba como las pisadas de Kira y Francoise nos seguían de cerca a la carrera también.

Mi mente pareció alejarse de la realidad y lo único que pensaba era en el dolor de cada paso. El aire estancado y fétido me golpeaba en la cara, alborotando mis cabellos, sin embargo no parecía darme cuenta. Lo único que podía pensar era en los pinchazos de dolor que subían por mi pierna.

Entonces, mientras cojeaba desesperadamente a la mayor velocidad que podía, me vino una idea a la cabeza. Un cigarrillo. Lo que daría por fumarme uno ahora.

Detrás mío, podía escuchar los chapoteos de Francoise y de Kira corriendo y más atrás, los de los post-mortem pisándonos los talones.

No podría aguantar aquel ritmo durante mucho más tiempo. Gruesas lágrimas de dolor resbalaban por mis mejillas. Y sin embargo, en lo único que podía pensar era en las ganas que tenía de fumarme un cigarrillo. El tacto seco de la boquilla en mis labios... el golpe en mis pulmones al aspirar el humo azulado... el alivio de mis nervios al recibir la dosis de nicotina...

1 comentario:

Anónimo dijo...

No se que ha pasado,escribi comentario y no ha aparecido..
Bueno,la entrada genial,esta bien que haya alguna baja.Si no,parece que el peligro solo es relativo,no como ahora ,que vemos que todos pueden acabar devorados por los ´´undead´´.Pobre François,se quedo viudo...
Lo de las ganas de fumar de nuestro amigo,me ha encantado...no he podido evitar sonreir.Hasta me he encendido un pitillo a su salud...
Bueno,artista...nos vemos.Un saludo desde Lleida.
Athman.