miércoles, 27 de junio de 2007

Día 18 - Quinta Parte

Recogí el fusil de plasma que seguía estando junto al asiento del conductor, donde El Cirujano lo había dejado, y marché hasta la puerta del autobús. El canino mutante seguía lanzándose rabioso contra la puerta tratando de derribarla con embistes dignos de el toro más bravo. Me observaba con sus ojos amarillos y legañosos.

En la última embestida que hizo contra la puerta, saltó más alto y golpeó con el hocico el cristal de la mitad superior dejando un rastro de babas que comenzaron a resbalar. Me coloqué frente a la puerta y le dije a Carla sin volver a vista de la bestia.+

–Cuando te avise abres la puerta.

Ella asintió y escuché como se movía detrás mía.

–¿Lista? –pregunté con determinación.

–Sí.

Sujeté con fuerza el rifle y lo apunté hacia fuera. En el exterior, el lobo rabioso se preparó como si supiera lo que tenía planeado. ¿Era posible que la mutación hubiera aumentado no solo su fuerza sino también su inteligencia? Daba lo mismo. Aunque tuviera la inteligencia superdotada de un genio humano, no podría esquivar un disparo.

–¡Ahora!

La puerta se abrió sobre sus engranajes y entonces, el canino se lanzó en su mortífero ataque abriendo las fauces y poniendo las garras por delante. Saboreé el momento dejando que las milésimas de segundo pasaran a la vez que mi enemigo se acercaba a gran velocidad volando por el aire. En el último momento, y no sin una sonrisa malévola en los labios, apreté el gatillo. El haz de plasma salió del cañón de mi rifle e impactó de lleno en el cuerpo de la bestia rabiosa. Esta salió lanzada hacia detrás cayendo al suelo a casi cinco metros de distancia. No estaba muerto, pero sí inconsciente.

Salté al exterior preparado para enfrentarme a las otras bestias mutantes.

La escena que me encontré no fue nada agradable. El Cirujano estaba tumbado boca arriba y uno de los lobos trataba de arrancarle la yugular de un bocado mientras él le sujetaba las fauces con las manos. Kira lanzaba golpes con el bate tratando de mantener a otro lobo a raya, fuera de su alcance. Y Jon Sang se enfrentaba desarmado al último observándolo con resignación, esperando a que llegara el ataque mortal.

Corrí hacia este último y cuando lo tuve a tiro disparé. La bestia mutante cayó al suelo, varios metros más allá, inmóvil.

Kira gritó. Me giré hacia ella y vi como la bestia había saltado y estaba a punto de embestirla. Pero no llegó a hacerlo. El bate lanzó un destello, reflejo del sol, a la vez que describía un círculo alrededor de ella y golpeaba la cabeza del lobo mutante reventándole el cráneo. Una lluvia de huesos, sangre y carne, llovió sobre la arena seca a la vez que el cuerpo sin vida y casi sin cabeza del ser caía inerte.

Sólo quedaba uno. Pero no me dio tiempo a solucionar el problema. Jon Sang, al verse libre de peligro. Corrió hasta donde había quedado el cuchillo de caza de El Cirujano y saltó sobre la bestia que amenazaba la garganta del mismo clavando la gruesa y larga hoja de acero en la base del cráneo.

El Cirujano dejó caer el cuerpo peludo y sin vida a un lado y respiró aliviado. Tenía el rostro empapado de sudor y manchado de tierra rojiza. Respiraba con dificultad. Jon Sang tomó asiento junto a él, descansando también.

–¿Estáis todos bien? –inquirí tratando de relajarme.

Asintieron, pero no hablaron.

Habíamos estado cerca. Cada vez las situaciones se ponían más difíciles y sin embargo parecíamos sobrevivir. Empecé a pensar que teníamos posibilidades de salir de aquel maldito planeta con vida. Todos. Después de las penurias que habíamos pasado juntos se me hacía raro pensar que llegaría el momento en que nos separaríamos y cada cual iría por su camino.

Carla bajó del autobús y corrió hacia mí. Cuando llegó hasta mí, se agarró a mí en un fuerte abrazo y lagrimas comenzaron a correr por sus mejillas. Respirando aliviado coloqué un brazo sobre su espalda, correspondiendo a su cariño. Apreté con fuerza su cuerpo para que supiera que estaba allí y para que no se preocupara. Traté de tranquilizarla con palabras, pero no eran necesarias. Me abrazo valía mucho más que ninguna palabra. Así que me mantuve en silencio y simplemente la abracé.

Cuando llegara el momento de separarse Carla se quedaría conmigo. No tenía a nadie. Nosotros éramos lo único que le quedaba. Dios... como me recordaba a mi hermanita...

Kira me observaba, apartada y sujetando el bate con fuerza. Su pecho subía y bajaba con cada respiración que hacía, pero sus ojos estaban fijos en mí. Pude ver en su mirada el deseo de imitar a Carla, de tirarse a mis brazos y besarme. Yo deseaba lo mismo, tengo que ser sincero. Pero no podía apartar a la pequeña Carla. Este era su momento y esperaría a que ella decidiera apartarse. Si tenía que pegarme tres horas en aquella postura, abrazado a la pequeña, lo haría. Kira debió de adivinar mis intenciones, porque me dedicó una dulce sonrisa y se marchó hacia el autobús. Se sentó en las escaleras de la entrada y apoyó el bate contra el lado del vehículo.

–Bueno, tenemos que acabar con ellos... –dijo Jon Sang a la vez que se levantaba y, con el cuchillo aún sujeto en la mano derecha, caminaba hasta una de las dos bestias inconscientes. La degolló y se movió hasta la otra. Hizo lo propio y se marchó hacia la tienda a la que habíamos entrado Kira y yo. –Me voy a lavar un poco.

El Cirujano se incorporó y se sentó en el duro terreno seco. Su espalda encorvada, su rostro sucio con costras de tierra reseca, la ropa manchada... no parecía él mismo. Era la primera vez que lo veía en tan malas condiciones. Su rostro había perdido su característica sonrisa pueril. Parecía seriamente afectado.

–¿Estás bien? –le pregunté sin soltar a Carla.

–Sí.

Después, levantó la cabeza y me miró.

Allí estaba. Su sonrisa había vuelto. El color regresaba a su piel y por momentos parecía recuperar el aspecto saludable que tenía de costumbre.

–Esta vez casi no lo cuento... –dijo como si todo aquello no hubiera sido más que una pesada broma.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Magnifico regreso,amigo mio...
Carla ,la dulce Carla...que duro debe ser esto para ella...Y el Cirujano es mi puto heroe...
Muy buena,sigue asi,que cada vez esta mejor...